Los árboles adaptan su crecimiento al cambio climático
Los anillos de crecimiento del tronco reflejan variaciones
en el entorno
JOAN CARLES AMBROJO 15 JUL 2009
Los árboles tienen una clara adaptación al cambio climático,
según pone de manifiesto un estudio de la Universidad de Barcelona publicado en
la revista Climatic Change. El trabajo, elaborado por Octavi
Planells y Emilia Gutiérrez, directora del Grupo de Dendroecología del
Departamento de Ecología de la Universidad de Barcelona (UB), junto con investigadores
del Deutsches GeoForschungszentrum, en Potsdam (Alemania), apunta al hecho que
unas condiciones ambientales limitadoras pueden forzar la sincronización del
crecimiento de los árboles con el clima y entre éstos.
Las conclusiones de esta investigación no sólo tienen
implicaciones ecológicas, "sino que también tienen repercusiones de cara a
la dendroclimatologia, al demostrar que las condiciones ambientales que
favorecen el crecimiento de los árboles no son siempre las mismas, no son constantes".
El estudio muestra una posible fuente de error que se debería tener en cuenta
para reconstruir climas pasados, "ya que es posible que los anillos de
aquellas épocas no reflejen las mismas condiciones ambientales favorables para
el crecimiento de los árboles en la actualidad", afirma Planelles,
investigador del departamento de Ecología de la UB.
El estudio se ha realizado con ejemplares de entre 120 y 300
años de pino negro y pino rojo de dos bosques próximos entre sí, en Tejeros y
Vinuesa (ambos en Soria). Los investigadores estudiaron tres tipos de variables
de los anillos de crecimiento (el grosor y las medidas isotópicas de carbono y
oxígeno estables). El trabajo ha demostrado que existen diferencias entre la
información que aporta cada una de las variables, de forma que el uso de
isótopos estables puede ser un buen complemento en los estudios de
dendroclimatologia clásica basada en el análisis de los anillos de los árboles,
afirman los investigadores.
En este sentido, se ha constatado que algunos factores
climáticos que limitaron el crecimiento de estos árboles del Sistema Ibérico a
principios del siglo XX han sido substituidos por otros distintos a lo largo de
las últimas décadas, cuando las condiciones de crecimiento han sido más
restrictivas, especialmente a causa del cambio climático (aumento de
temperatura y menores lluvias durante los meses en los que más crece el árbol).
Este hecho ha provocado que los árboles sincronizasen sus patrones de
crecimiento, tanto respecto a la anchura de los anillos como a la composición
química.
¿Los resultados obtenidos quieren decir que son falsas las reconstrucciones
climáticas realizadas hasta ahora a partir de los anillos de madera? "No.
Sencillamente, significa que en la estimación hay una cierta fuente de error
que se debe tener en cuenta, incluso cuando se utilizan isótopos estables para
reconstruir el clima. Algunas reconstrucciones puede estar desviadas, pero no
todas, ni muchos menos", aclara Planells.
Los anillos de crecimiento registran todo tipo de
acontecimientos ambientales puntuales (desde incendios a tempestades y plagas)
con una precisión anual. De su estudio se encarga la dendroclimatologia,
disciplina que también permite estudiar periodos climáticos, cambios
ambientales y procesos más complejos y difíciles de medir como la evolución del
clima. La dendroclimatologia establece relaciones entre series
dendrocronológicas y series climáticas para describir qué variables
atmosféricas favorecen o limitan el crecimiento de árboles en periodos
concretos. Una vez identificadas estas relaciones es posible hacer el camino
inverso y valorar los fenómenos meteorológicos de épocas pasadas sobre los que
no existen registros instrumentales.
La dendrocronología no sólo se aplica en reconstrucciones
climáticas, sino también en multitud de otros campos: desde la datación de
maderas antiguas de edificios, barcos y obras de arte a estudios
geomorfológicos de aludes, desprendimientos o terremotos o estudios de las
perturbaciones ambientales sobre los árboles (incendios, plagas, erupciones
volcánicas) o del retroceso de los glaciares.
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